jueves, 3 de julio de 2008

Grupo de oracion por la gasolina.

Intersede para que la gasolina baje

EE.UU, (ORBITA).- Rocky Twyman,
director del coro de una iglesia adventista en Estados Unidos, acaba de crear un grupo de personas que se reúne en las estaciones servicio, para pedirle a Dios en oración que haga algo para bajar el precio del galón.

Twyman es además un líder comunitario en su ciudad de residencia. Trabaja como consultor de relaciones públicas. Tiene un Buick modelo 2002, cuyo tanque se llena con 40 dólares.

El más importante proyecto social en el que ha participado, además de la oración en estaciones de gasolina, es la creación de una base de datos de donantes de médula ósea hispanos y de raza negra, que pueda servir especialmente a los enfermos de cáncer.

Apenas un mes después de la creación del movimiento, Rocky fue invitado a San Francisco, ciudad donde la gasolina es más costosa en todo Estados Unidos. Según comentó en la entrevista, el precio bajó ligeramente luego de su visita.

Algo similar sucedió en Tampa, al sur del país, donde fue invitado a exponer su idea en una conversación telefónica que fue difundida por una emisora local. Las personas que lo escucharon dijeron “¿Por qué no?”. Así que, según relata Twyman, empezaron a orar.

Un par de semanas después, Twyman recibió una llamada invitándolo a ir a Tampa para ver por él mismo cómo había funcionado de bien su idea. Efectivamente, el precio había bajado unos centavos de dólar.

Rocky Twyman participa activamente en el coro de la Primera Iglesia de los Adventistas del Séptimo Día en la ciudad de Washington D. C. Es un hombre religioso, asiduo lector de la Biblia, pero aún así, reconoce que la oración no es lo único que podemos hacer.

“La oración sin obras está muerta”, dice. Luego invita a combinar la oración con la acción. “Podemos compartir más nuestros automóviles o caminar más. Estamos padeciendo de obesidad. Caminar es bueno para nuestros cuerpos”, añade. Pero insiste en que la oración es un buen camino para “conectarnos con la sabiduría divina, que nos guía para saber qué hacer”.

Cuando se le pregunta si es necesario ir hasta la estación de gasolina para orar, responde que no. “También podemos orar por una gasolina más económica desde nuestras casas”. Pero invita a manifestar la fe con obras visibles y por eso insiste en formar grupos de creyentes que se tomen de sus manos y a una sola voz le pidan a Dios un verdadero milagro. (RCN)

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